La Plataforma 0,7 se acerca al cuarto
de siglo de su existencia. Ello nos debe hacer reflexionar. Son muchos años clamando
contra la pobreza en el Tercer Mundo. En todo este teimpo se repiten los
incumplimientos de compomisos en materia de cooperación por los gobiernos
corresponcientes.
Mucho
tiempo asistiendo silentes a los desastres humanitarios que día a día se suceden en el planeta. Y tras la indignación, la calma y hasta el oovido y, a lo más,
la solidaridad momentánea. La justicia, inexistente. Nunca la transformación de las reglas injustas
de mercado, que ha acentuado el camelo de la globalización del capitalismo.
Proliferan
las banderas a la par que los intereses, cuando sólo debiera existir una única
bandera blanca que abrazara a la Humanidad entera.
Es
por ello que propongo que nos olvidemos de Gobiernos y cada uno aporte su 0,7 de su presupuesto (desde la infacia a la senectud) a
aquella institución que crea lo representa, para mejorar el mundo de todos.
Así,
los responsables no serán los Gobiernos, seremos cada uno de nosotros.
Y así, pues, como el mejor patrimonio existente es la Humanidad, es esta la proposición.