“Hay que desterrar de una vez que el balneario de Alhama es musulmán”
Este alhameño, licenciado en Filosofía y doctor en Historia, es la persona que en los últimos años más ha investigado sobre Alhama y su comarca a las que ha dedicado su tesis doctoral. Fruto de su ingente labor son una treintena de monografías y obras de carácter general. La última, un voluminoso libro de 500 páginas dedicado a la estación termal alhameña, que complementa a otra anterior titulada “Reseña histórica de los baños termales de la Muy Noble y Leal Ciudad de Alhama de Granada (1999). Está prologado e ilustrado con imágenes inéditas de José Manuel Gómez Segade, junto con otra serie materiales bibliográfico y cartográfico de gran interés.
- ¿Cuáles son las principales novedades que presenta en su nuevo libro?
- Creo que son cuantitativas y cualitativas. Cuantitativas porque el libro recoge un apéndice documental, bastante rico, desde el siglo XVI hasta nuestros días, del que destaca independientemente o además de, como en las "Reseñas..." anterior algunos documentos de obras en la infraestructura. En esta ocasión le he añadido lo que son las memorias de los médicos-directores del balneario desde principios del siglo XIX hasta el siglo XX, donde se ofrecen datos inéditos, significativos, que prueban lo que es la evolución del complejo termal en esa época, básicamente desde la enajenación del balneario.
- ¿Y desde el punto de vista cualitativo, históricamente hablando?
- En el aspecto histórico podemos destacar la venta del balneario a censo reservado que se produce en 1830-31 y que nada tiene que ver con la desamortización de Mendizábal, sino que es unos cuantos años antes. También se puede rastrear un poco la imprecisión, digamos no documental pero si veraz, que recogen los documentos en cuanto a su venta puesto que si bien es vendido a censo reservativo, lo cual los juristas tendrán que ver qué es y hasta cuándo dicha venta puede tener valor o vigencia. De alguna manera, tal vez demasiado escrupulosa, desaparecen documentos que debieran existir. En fin no puedo llegar a más.
- ¿Quedaría resuelto el tema de la titularidad pública de las aguas?
- Yo no entro en temas actuales, ni de política. Yo lo que constato es que el Balneario es vendido a censo reservativo y que se enajena a un particular y que ese particular conocía que iba a ser el propietario antes de que se materializara la venta. Son ideas significativas que tampoco se pueden enjuiciar mucho más. Sea como fuere han pasado prácticamente 200 años. Soy profano en la materia, pero cualquier derecho que se quiera arrogar está más que prescrito.
Curiosa panorámica del Balneario de Alhama de Granada realizada en 1.900
- ¿Ha incorporado documentos gráficos novedosos e inéditos?
- Sí, bueno los planos que yo mismo he elaborado del balneario. En primer lugar, que el hecho más significativo, tal vez para nosotros que hay que desterrar de una vez que el balneario de Alhama es musulmán. Creo que lo dejo meridianamente claro, el balneario no es musulmán, es romano en toda su integridad, en toda su planta, en toda su traza, en toda su planificación. Es un balneario romano de lo cual quedan bastantes vestigios. Hemos realizado la planta del baño termal romano. A los musulmanes solamente se les debe asignar los arcos de herradura que se repite una y otra vez en todas las ilustraciones como fotografías típicas y tópicas de la población de Alhama. Esos dos arcos no obedecen más que a una reforma muy puntual del edificio en el siglo XII y XIII, pero el balneario llevaba doce siglos con anterioridad y muchos más desde el origen de los tiempos agua termal.
- Entonces ¿por qué los tratadistas que ha tenido el balneario se han centrado solamente en los arcos y lo han datado en estos siglos?
- Simplemente por no haber ahondado en el estudio de este monumento que hemos de recordar que está declarado por el estado como BIC, Bien de Interés Cultural.
- ¿Algún documento más de interés especial?
- Además del plano romano hemos realizado lo que es el plano musulmán del edificio. Tras la llegada de los musulmanes es remodelado, lo mismo que es transformado tras la llegada de los cristianos pero si he querido realizar la planta del balneario en la época de los musulmanes con el nombre propio de cada una de sus dependencias porque es dividido en dos. Lo que es el antiguo caldarium romano queda como baño de los hombres y lo que era el antiguo laconium romano queda como baño de las mujeres. De esta forma, y así lo constatan los viajeros musulmanes que visitan la población y que repetidamente dicen entré en el baño de los hombres o que había dos edificios uno de hombres y otros de mujeres. Si lo unimos al plano que se hizo en el siglo XVIII podemos comprobar la planta del balneario dividido en dos edificios lo que quiere decir que el balneario desde la época musulmana quedó dividido en una zona de hombres y otra de mujeres. Será con posterioridad al siglo XVIII, seguramente en las reformas del siglo XIX, cuando vuelve a ser un solo edificio.
- Otro aspecto interesante es el de las comunicaciones hasta la estación termal ¿cuándo se construye la Carretera de Loja a Alhama?
- Efectivamente en las memorias de los médicos-directores se constata con toda claridad que la carretera se construye tras la venta a censo reservativo. Es realizada por el dueño del balneario que era representante a Cortes por el partido de Alhama y está interesado en esa carretera puesto que todos los bañistas que venían hasta Loja en ferrocarril no tenían otros medio de locomoción que a lomos de mula o caballo para llegar a Alhama que por el barranco del Salar en el podía emplear hasta un día de viaje. Con la nueva carretera todo se simplificó.
- ¿Quiénes son los principales destinatarios de esta publicación? ¿Dónde se puede conseguir?
- En principio se trata de una tirada reducida que va a cargo del grupo de Investigación Filosofia y Antropología de la Universidad de Granada que el encargado de la edición. Está pensado, como todos mis trabajos realizados sobre la comarca de Alhama, para los especialistas y para los visitantes. Mi deseo es que este libro llegue a todos a la población para que nuestros paisanos puedan conocer este monumento singular dentro de Andalucía y de nuestro país. Y por supuesto también para los investigadores y tratadistas sobre este tema por los datos documentales que aporto. Está a la venta en la Librería Atlántica y Dauro, y, tal vez, en alguna de Alhama.
- ¿Cuánto tiempo ha dedicado a su redacción?
- Mucho, uno siempre piensa que más de la cuenta. El último golpe de trabajo ha supuesto año y medio. Uno no lo mide por horas sino como una actividad creativa, por unas aportaciones y conclusiones que tal vez dentro de cien años le puedan servir a alguien como a mi me han servido trabajos escritos hace 100, 200 y 300 años y que he tenido el modesto honor de sacarlos a la luz.
- ¿Por qué ha elegido para la portada una foto del antiguo caldarium?
- He querido poner en la cubierta una ilustración completamente distinta para hacer pensar a tratadistas y visitantes que esto no es musulmán. En la contracubierta va el Baño de la Reina que es un laconium romano. Ahora está muy transformado aunque los sillares y la traza para mi son los originarios.
APUNTE
APUNTE
Recatalogación del monumento termal
Según explica el autor este libro editado a cargo del grupo de Investigación Filosofia y Antropología de la Universidad de Granada está pensado, como todos sus trabajos sobre la comarca de Alhama, para especialistas y visitantes. En el mismo además de denunciar la desaparición de importantes documentos del consistorio de Alhama, tales como el libro de los Repartimientos o el legajo del libro capitular correspondiente “a las condiciones en que deberán enajenarse los expresados baños”, según acuerdo tomado por el Ayuntamiento en la sesión de 15 de julio de 1830.
Según explica el autor este libro editado a cargo del grupo de Investigación Filosofia y Antropología de la Universidad de Granada está pensado, como todos sus trabajos sobre la comarca de Alhama, para especialistas y visitantes. En el mismo además de denunciar la desaparición de importantes documentos del consistorio de Alhama, tales como el libro de los Repartimientos o el legajo del libro capitular correspondiente “a las condiciones en que deberán enajenarse los expresados baños”, según acuerdo tomado por el Ayuntamiento en la sesión de 15 de julio de 1830.
Así mismo, reclama la ampliación de la declaración como Bien de Interés Cultural, no sólo al Baño Fuerte con este reconocimiento desde el 3 de junio de 1931, sino también “a la generalidad de la planta histórica del edificio, el Baño de la Reina y el mismo entorno espacial que acoge al edificio termal”. Por todo ello, indica “resulta necesaria una recatalogación del monumento termal, pues la tradicional, con la que se ha distinguido y se conoce en todas las publicaciones oficiales, nos parece del todo insuficiente” al tiempo que denuncia “el desprecio absoluto a su pasado romano” y “la fijación obsesiva observada, en amplios sectores de nuestra intelectualidad, de relacionar, tanto ésta como otras obras, al mérito exclusivo de la factura islámica”. Igualmente pide al consistorio alhameño una adecuación de las pozas exteriores, cuyo aspecto es deplorable y perjudicial tanto a la población como al mismo establecimiento termal. Como ejemplo sugiere las aguas termales de Outariz (Orense).
RESUMEN DEL CONTENIDO (Salvador Raya Retamero)
A modo de resumen del contenido, diremos que el Balneario de Alhama se encuentra en un emplazamiento histórico indicativo de los pueblos y civilizaciones que utilizaron sus aguas desde el origen de los tiempos, como lo demuestra, en sus inmediaciones, la Cueva de la Mujer, hábitat neolítico, fuente de numerosos hallazgos arqueológicos desde el siglo XIX. Constituye, además, un elemento parlante del antiguo emplazamien¬to de la primitiva Alhama, la Artigi Juliense.
Su valoración histórica no sólo la planteamos desde el punto de vista toponímico tradicional: Su nombre demuestra, de un modo claro, que fueron tenidas en gran estima y usadas por los árabes, pero es indudable, que antes lo fueron de los romanos, como patentizan tanto los vestigios de extensas edificaciones de aquella época, encontrados junto a las termas y en la ciudad de Alhama, entonces Artigis Juliensi (Memoria quinquenal del médico director, 1917; véase Apéndice documental I, 22), sino que lo documentamos desde la Edad Antigua, de la que son hijas las instalaciones termales, traspasando, por supuesto, la dominación islámica, período al que corresponden sólo algunas reformas, como se ha dicho.
Portada del libro editado a cargo del grupo de Investigación Filosofia y Antropología de la UGR
En el conjunto histórico se conservan dos salas principales: el Baño Fuerte y el Baño de la Reina. Todo el conjunto responde a traza romana, confirmada en el Baño de la Reina desde el siglo XIX en sus elementos constructivos: diseño, hormigón, muros…, a pesar de lo cual pasó inadvertido a la hora de su catalogación. En el Baño Fuerte o del Manantial, la fábrica romana se palpa fácilmente, al no haber sido transformados sus paramentos laterales –no así las bóvedas-, si bien muy modificadas a lo largo de las centurias. A esta dependencia se accede mediante un pasillo que se cubre con bóveda de cañón toda de cantería. De planta rectangular, se divide en tres tramos: el central es cuadrado, con bóveda octogonal esquifada de ocho paños, claraboya en la clave y trompas sobre arcos de medio punto; los dos tramos laterales son rectangulares y se cubren por sendas bóvedas de espejo y otras tantas ternas de claraboyas estrelladas. Ésta es la parte más restaurada y la que presenta los arcos de herradura, fechados en los siglos XII, XIII y XIV. Todos los demás arcos son de medio punto, de buen aparejo en paramentos, arquerías y dovelas. Las características de sus bóvedas, la forma aguda del arco de herradura, los capiteles o la disposición de la planta llevaron a sus tratadistas a datar el conjunto como obra nazarí. Tras el terremoto de 1884, brotó un nuevo manantial, dando lugar al correspondiente edificio.
La TM actual, a la fecha de edición de este libro, es de 40 o C.; sus aguas son fuertes, claras y diáfanas, sin olor ni color particular, no contienen sedimentos, no se descomponen, ni alteran las funciones del estómago ni vísceras; contienen sulfatos, subcarbonatos y clorhidratos de cal y magnesia y alguna dosis de gas ácido carbónico e hidrosulfídrico; se clasifican como bicarbonatadas cálcicas de débil mineralización, indicadas en numerosas afecciones. Fueron declaradas de utilidad pública por acuerdo de la Dirección General de Beneficencia el 10 de abril de 1870 y, finalmente, en 1968. El caudal medio se sitúa en los 80 l/s.
Propiedad del cabildo de 1495 a 1831
Después de la Reconquista, el Baño pasó a depender del Concejo de Alhama en 1495, por una carta real de merced y se dictaron sus ordenanzas. Desde el momento de la cesión, la propiedad del recinto termal correspondería al Concejo hasta 1831, cuando se enajena mediante censo reservativo. El edificio, que en Época Antigua dispondría de una sola planta y un solo cuerpo de alzado, se dividiría en la Edad Media en dos espacios independientes, destinados al baño de hombres y al de mujeres, ampliando las dependencias en una nueva planta para mesón y hospedería, y prolongando la edificación en ángulo recto, quedando abierta a sus respectivas galerías mudéjares de pie derecho, como se observa en la obra Civitates Orbis Terrarum (1565), propagadora de los óptimos beneficios de las aguas cuando dice: sirve oportunamente tanto a los que gozan de buena salud, que por placer desean lavar y cuidar su piel, como también para los que padecen una enfermedad cualquiera se considera como remedio y medicina, porque es eficaz, creen, por su maravillosa facultad de curar. Reseña las comodidades del establecimiento y el mobiliario doméstico: Aquí hay un edificio grande, en el que suelen albergarse huéspedes de toda España indistintamente, que así como ofrece toda comodidad a caballos y jumentos en los establos, así también dormitorios, camas, sofás, colchas, un hogar y las restantes cosas necesarias para recobrar la salud de los huéspedes. Sus aposentos, cuadras, hospedería y mesón eran arrendados por el Concejo de Alhama anualmente, de cuyo beneficio se libraban en la Edad Moderna los salarios del médico y boticario.
Para detallar su evolución, hemos analizado todas las reformas sufridas por el monumento desde el siglo XVI-XX, tiempo en el que se conforma su fisonomía actual. Tras la conquista, y hasta las postrimerías del siglo XVI, mantendría la disposición original. Desde el siglo XVI, se intervendrá en el patio central con la construcción de la capilla (1575-1580), a fin de dar mayor comodidad de los enfermos, obligados a trasladarse a la población misma para celebrar los oficios divinos. La disposición originaria se modificaría a comienzos del siglo XVIII, según confirma una inscripción fechada en 1716. El terremoto de Lisboa de 1755 es el responsable de diversas intervenciones en el edificio, al desprenderse algunas piedras de los arcos, y aunque el manantial cesó de correr, finalmente, incrementó su caudal. Otras reformas fueron las responsables de la creación del cuarto de los pobres, que disponía de puertas en los bajos para que pudieran defenderse de la incomodidad del tiempo; también se amplió el número de plazas, a cuenta del Hospital Real de Alhama.
Reforma de 1784
En la reforma de 1784, se levanta un nuevo cuerpo al edificio de dos plantas con dormitorios y separación para hornilla; así mismo, se realizaban otras intervenciones en cuadras, cocheras, entrada, recogida de aguas, desviación del curso del río, sudaderos para los baños tibio y caliente y la ejecución del túnel del río en 1881, perforando la peña viva con objeto de alejar el caudal del río del espacio termal, ante las continuas inundaciones a que daba lugar. La creación de la vía de acceso, cual desfiladero de los más agrestes pasos serranos, tuvo su primer diseño en 1728 cuando se consigue la primera entrada de vehículos para ruedas y el empedrado hasta el recinto. Pasaron bastantes años hasta que el 13 de julio de 1879 se subastaron los trabajos de la nueva y actual carretera. El terremoto de 1884 hizo que el manantial cesara de correr, para renacer después de cuatro horas con un aumento de caudal y un ascenso de temperatura de 2o C., se mantuvieron las propiedades alcalinas, y se adquirieron las sulfhídricas en alto grado. También dio lugar a un nuevo manantial termal de características y temperatura similar al antiguo.
El Balneario reunió una serie de instalaciones que lo configuraron como espacio arquitectónico de gran solera. Llegándose a afirmar en el Civitates Orbis Terrarum (1565) que la población fue lugar de retiro y corte real. En 1885, acogió a Alfonso XII, en su visita a la región el 13 de enero. El monarca mismo tuvo ocasión de experimentar los temblores de tierra que se sucedieron en la mañana del 14 de enero, cuando el rey se vestía a las seis de la madrugada. Los viajeros musulmanes que lo visitan, nos dejan sus impresiones como Ibn Batutah, Al-Basit y Aljathib. Desde entonces, su consideración es firme en la literatura de viajes desde el siglo XV al XIX.
Hemos querido aproximarnos a la reconstrucción del baño termal romano, en nuestra hipótesis final, desde la perspectiva arquitectónica, topográfica e histórica, bajo el convencimiento de que la recopilación sistemática de los elementos arqueológicos existentes constituye el primer paso para iniciar su estudio. Hemos conjugado las distintas perspectivas científicas necesarias para alcanzar la hipótesis final de nuestro trabajo.
Aún así, es evidente que queda abierta la posibilidad de modificar, precisar o añadir en un futuro otras interpretaciones, según dictaminen los datos materiales que aporten los estudios o las necesarias excavaciones correspondientes, tanto en el recinto termal delimitado, como en un amplio perímetro del contorno, lo que no parece posible a medio plazo, dada la existencia de modernas instalaciones que embuten la primitiva arquitectura, por un lado; y por otro, el desinterés absoluto por el tema que –al día de hoy- hemos constatado en instancias diversas. Finalmente, decir que no sólo ha sido el criterio científico el que guió nuestras aportaciones, sino, igualmente, el interés por acercar al visitante del monumento su significado y génesis, por lo que el libro está impregnado también de una aportación museográfica. Por ello, hemos querido ilustrarlo con numerosos ejemplos del rico pasado histórico-monumental de la población, imágenes inéditas la mayoría de ellas.
RESUMEN DEL CONTENIDO (Salvador Raya Retamero)
A modo de resumen del contenido, diremos que el Balneario de Alhama se encuentra en un emplazamiento histórico indicativo de los pueblos y civilizaciones que utilizaron sus aguas desde el origen de los tiempos, como lo demuestra, en sus inmediaciones, la Cueva de la Mujer, hábitat neolítico, fuente de numerosos hallazgos arqueológicos desde el siglo XIX. Constituye, además, un elemento parlante del antiguo emplazamien¬to de la primitiva Alhama, la Artigi Juliense.
Su valoración histórica no sólo la planteamos desde el punto de vista toponímico tradicional: Su nombre demuestra, de un modo claro, que fueron tenidas en gran estima y usadas por los árabes, pero es indudable, que antes lo fueron de los romanos, como patentizan tanto los vestigios de extensas edificaciones de aquella época, encontrados junto a las termas y en la ciudad de Alhama, entonces Artigis Juliensi (Memoria quinquenal del médico director, 1917; véase Apéndice documental I, 22), sino que lo documentamos desde la Edad Antigua, de la que son hijas las instalaciones termales, traspasando, por supuesto, la dominación islámica, período al que corresponden sólo algunas reformas, como se ha dicho.
Portada del libro editado a cargo del grupo de Investigación Filosofia y Antropología de la UGR
En el conjunto histórico se conservan dos salas principales: el Baño Fuerte y el Baño de la Reina. Todo el conjunto responde a traza romana, confirmada en el Baño de la Reina desde el siglo XIX en sus elementos constructivos: diseño, hormigón, muros…, a pesar de lo cual pasó inadvertido a la hora de su catalogación. En el Baño Fuerte o del Manantial, la fábrica romana se palpa fácilmente, al no haber sido transformados sus paramentos laterales –no así las bóvedas-, si bien muy modificadas a lo largo de las centurias. A esta dependencia se accede mediante un pasillo que se cubre con bóveda de cañón toda de cantería. De planta rectangular, se divide en tres tramos: el central es cuadrado, con bóveda octogonal esquifada de ocho paños, claraboya en la clave y trompas sobre arcos de medio punto; los dos tramos laterales son rectangulares y se cubren por sendas bóvedas de espejo y otras tantas ternas de claraboyas estrelladas. Ésta es la parte más restaurada y la que presenta los arcos de herradura, fechados en los siglos XII, XIII y XIV. Todos los demás arcos son de medio punto, de buen aparejo en paramentos, arquerías y dovelas. Las características de sus bóvedas, la forma aguda del arco de herradura, los capiteles o la disposición de la planta llevaron a sus tratadistas a datar el conjunto como obra nazarí. Tras el terremoto de 1884, brotó un nuevo manantial, dando lugar al correspondiente edificio.
La TM actual, a la fecha de edición de este libro, es de 40 o C.; sus aguas son fuertes, claras y diáfanas, sin olor ni color particular, no contienen sedimentos, no se descomponen, ni alteran las funciones del estómago ni vísceras; contienen sulfatos, subcarbonatos y clorhidratos de cal y magnesia y alguna dosis de gas ácido carbónico e hidrosulfídrico; se clasifican como bicarbonatadas cálcicas de débil mineralización, indicadas en numerosas afecciones. Fueron declaradas de utilidad pública por acuerdo de la Dirección General de Beneficencia el 10 de abril de 1870 y, finalmente, en 1968. El caudal medio se sitúa en los 80 l/s.
Propiedad del cabildo de 1495 a 1831
Después de la Reconquista, el Baño pasó a depender del Concejo de Alhama en 1495, por una carta real de merced y se dictaron sus ordenanzas. Desde el momento de la cesión, la propiedad del recinto termal correspondería al Concejo hasta 1831, cuando se enajena mediante censo reservativo. El edificio, que en Época Antigua dispondría de una sola planta y un solo cuerpo de alzado, se dividiría en la Edad Media en dos espacios independientes, destinados al baño de hombres y al de mujeres, ampliando las dependencias en una nueva planta para mesón y hospedería, y prolongando la edificación en ángulo recto, quedando abierta a sus respectivas galerías mudéjares de pie derecho, como se observa en la obra Civitates Orbis Terrarum (1565), propagadora de los óptimos beneficios de las aguas cuando dice: sirve oportunamente tanto a los que gozan de buena salud, que por placer desean lavar y cuidar su piel, como también para los que padecen una enfermedad cualquiera se considera como remedio y medicina, porque es eficaz, creen, por su maravillosa facultad de curar. Reseña las comodidades del establecimiento y el mobiliario doméstico: Aquí hay un edificio grande, en el que suelen albergarse huéspedes de toda España indistintamente, que así como ofrece toda comodidad a caballos y jumentos en los establos, así también dormitorios, camas, sofás, colchas, un hogar y las restantes cosas necesarias para recobrar la salud de los huéspedes. Sus aposentos, cuadras, hospedería y mesón eran arrendados por el Concejo de Alhama anualmente, de cuyo beneficio se libraban en la Edad Moderna los salarios del médico y boticario.
Para detallar su evolución, hemos analizado todas las reformas sufridas por el monumento desde el siglo XVI-XX, tiempo en el que se conforma su fisonomía actual. Tras la conquista, y hasta las postrimerías del siglo XVI, mantendría la disposición original. Desde el siglo XVI, se intervendrá en el patio central con la construcción de la capilla (1575-1580), a fin de dar mayor comodidad de los enfermos, obligados a trasladarse a la población misma para celebrar los oficios divinos. La disposición originaria se modificaría a comienzos del siglo XVIII, según confirma una inscripción fechada en 1716. El terremoto de Lisboa de 1755 es el responsable de diversas intervenciones en el edificio, al desprenderse algunas piedras de los arcos, y aunque el manantial cesó de correr, finalmente, incrementó su caudal. Otras reformas fueron las responsables de la creación del cuarto de los pobres, que disponía de puertas en los bajos para que pudieran defenderse de la incomodidad del tiempo; también se amplió el número de plazas, a cuenta del Hospital Real de Alhama.
Reforma de 1784
En la reforma de 1784, se levanta un nuevo cuerpo al edificio de dos plantas con dormitorios y separación para hornilla; así mismo, se realizaban otras intervenciones en cuadras, cocheras, entrada, recogida de aguas, desviación del curso del río, sudaderos para los baños tibio y caliente y la ejecución del túnel del río en 1881, perforando la peña viva con objeto de alejar el caudal del río del espacio termal, ante las continuas inundaciones a que daba lugar. La creación de la vía de acceso, cual desfiladero de los más agrestes pasos serranos, tuvo su primer diseño en 1728 cuando se consigue la primera entrada de vehículos para ruedas y el empedrado hasta el recinto. Pasaron bastantes años hasta que el 13 de julio de 1879 se subastaron los trabajos de la nueva y actual carretera. El terremoto de 1884 hizo que el manantial cesara de correr, para renacer después de cuatro horas con un aumento de caudal y un ascenso de temperatura de 2o C., se mantuvieron las propiedades alcalinas, y se adquirieron las sulfhídricas en alto grado. También dio lugar a un nuevo manantial termal de características y temperatura similar al antiguo.
El Balneario reunió una serie de instalaciones que lo configuraron como espacio arquitectónico de gran solera. Llegándose a afirmar en el Civitates Orbis Terrarum (1565) que la población fue lugar de retiro y corte real. En 1885, acogió a Alfonso XII, en su visita a la región el 13 de enero. El monarca mismo tuvo ocasión de experimentar los temblores de tierra que se sucedieron en la mañana del 14 de enero, cuando el rey se vestía a las seis de la madrugada. Los viajeros musulmanes que lo visitan, nos dejan sus impresiones como Ibn Batutah, Al-Basit y Aljathib. Desde entonces, su consideración es firme en la literatura de viajes desde el siglo XV al XIX.
Hemos querido aproximarnos a la reconstrucción del baño termal romano, en nuestra hipótesis final, desde la perspectiva arquitectónica, topográfica e histórica, bajo el convencimiento de que la recopilación sistemática de los elementos arqueológicos existentes constituye el primer paso para iniciar su estudio. Hemos conjugado las distintas perspectivas científicas necesarias para alcanzar la hipótesis final de nuestro trabajo.
Aún así, es evidente que queda abierta la posibilidad de modificar, precisar o añadir en un futuro otras interpretaciones, según dictaminen los datos materiales que aporten los estudios o las necesarias excavaciones correspondientes, tanto en el recinto termal delimitado, como en un amplio perímetro del contorno, lo que no parece posible a medio plazo, dada la existencia de modernas instalaciones que embuten la primitiva arquitectura, por un lado; y por otro, el desinterés absoluto por el tema que –al día de hoy- hemos constatado en instancias diversas. Finalmente, decir que no sólo ha sido el criterio científico el que guió nuestras aportaciones, sino, igualmente, el interés por acercar al visitante del monumento su significado y génesis, por lo que el libro está impregnado también de una aportación museográfica. Por ello, hemos querido ilustrarlo con numerosos ejemplos del rico pasado histórico-monumental de la población, imágenes inéditas la mayoría de ellas.
PRÓLOGO (Texto e imágenes: Juan Manuel GÓMEZ SEGADE)
Hace ya casi un año que tuve noticia del presente trabajo de Salvador Raya y, a partir de entonces, he compartido su desvelo por aquilatar las noticias históricas sobre este enclave termal de la ciudad de Alhama. Sabía de su empeño por estudiar y documentar la historia de la comarca que le vio nacer, y conocía ya su rigor científico en las múltiples publicaciones que le preceden. Pero su afán no se limita a una minuciosa relación de datos, sino que está impregnado de interés por una tierra preñada de culturas diversas a cuyo conocimiento y conservación ha dedicado gran parte de su vida. Su labor ha sido ininterrumpida, como lo demuestra la línea de investigación mantenida, en la que no ha mermado un ápice ni su esfuerzo investigador ni su voluntad de divulgación del patrimonio histórico.
Vista del Baño Fuerte desde el interior (J.M Gómez Segade)
El amplio volumen que aquí se ofrece al lector sobre Los Baños termales de Alhama de Granada, no sólo presenta una exhaustiva recopilación de noticias históricas sobre su evolución desde época romana, con la correspondiente documentación de archivo y testimonios multidisciplinares sobre su importancia, sino una interpretación cronológica y estilística que hasta la fecha adolecía de notables dudas y ambigüedades. Tras su estudio queda más clara la morfología del Baño en las distintas épocas, incluso, sin contar con análisis arqueológicos recientes que lo confirmen.
Por primera vez, que conozcamos, se ha podido documentar gráficamente la parte sumergida del “Baño Fuerte” en sentido opuesto al de la postal tópica universalmente conocida tras su remodelación en vistas a su explotación turística. Resulta muy difícil captar imágenes en el ambiente vaporoso de un manantial que fluye a 40 grados de temperatura y empaña toda lente que pretenda trabajar con exposiciones prolongadas. Personalmente, tengo que agradecer a Salvador Raya el privilegio de haber realizado dicho reportaje. Pero liberada gran parte del agua, pudimos contemplar la fábrica sumergida del estanque principal en el Baño Fuerte, con las conducciones artesanales sobre el banco corrido que probablemente permanece desde su primigenia factura, así como otros detalles constructivos reveladores de su evolución a través del tiempo. Quedan todavía interrogantes y detalles ocultos que otros podrán rastrear en oportunidades futuras, pero este trabajo sienta las bases para la definitiva catalogación y comprensión del monumento.
Vista de la cúpula central del Baño Fuerte (J.M. Gómez Segade)
El autor no escatima esfuerzos para estudiar colateralmente la importancia de los baños en la historia, sus variantes, antecedentes y consecuentes, la incidencia sanitaria del termalismo desde la civilización romana hasta nuestros días, e incluso el acotado de noticias fidedignas sobre los alrededores cuya interpretación tradicional resulta más que dudosa. Valga como ejemplo el llamado “puente romano” cuya conservación bien merecería una mejor suerte.
Podemos definir como exhaustivo el estudio de Salvador Raya Retamero sobre estos Baños, y nos auguramos que algún día despierte el interés de las instituciones públicas responsables del patrimonio histórico, no sólo para promover una nueva, lucida y merecida publicación que llegue a todos, sino la deseable inversión rehabilitadora que dignifique y realce un yacimiento termal de los más importantes que existieron en Hispania y que todavía perduran en España.