PRÓLOGO
La edición de un
libro debe ser un hecho siempre bien recibido, pero cuando el libro se centra
en una ciudad tradicionalmente olvidada se debe valorar especialmente.
La autora Miriam
López-Burgos, profesora titular de la Universidad de Granada, hija de un
reconocido y prestigioso escultor granadino, es conocida por la línea de
investigación a la que se dedica desde hace algunos años sobre los viajeros
ingleses en tierras andaluzas, y por el artístico tratamiento que rinde a sus
libros con deliciosas ilustraciones a plumilla, precursora evidente mente de su
estudio.
Ha editado
reconocidos títulos como"Granada, como tema literario en los viajeros
ingleses del siglo XIX"; "Libros ingleses sobre España en dos
bibliotecas granadinas";"viajeros ingleses en Gibraltar";
"Las aventuras de un viajero inglés por tierras de Almería"; "Aportaciones
metodológicas al estudio de la literatura de viajes. Viajeros ingleses en
Granada"; "Granada 1802-1872";"Siete viajeras
inglesas en Granada (1802-1872)". El ayuntamiento de Alhama demuestra
su inquietud y compromiso por el patrimonio cultural de Alhama, editando el
libro POR TIERRAS DE ALHAMA-TEMPLE. RELATOS DE VIAJEROS INGLESES (1809-1852),
encuadrado en la colección municipal BIBLIOTECA DE TEMAS ALHAMEÑOS".
La importancia de
este nuevo libro es clara para Alhama porque Alhama no le faltan recursos ni
paisajísticos, ni históricos ni artísticos para ir siendo centro de atención
cada vez más de merecidos especialistas; porque Alhama ha sido pocas veces
tratada desde el género de la literatura de viajes; y porque la edición de un
libro siempre ha de ser bien recibida, puesto que nos abre el conocimiento y el
conocimiento nos hace ser más libres.
El período
acotado por la autora responde al momento de mayor fecundidad del género de los
viajes, los de los viajeros románticos propiamente dichos, los mismos que
popularizaran a España, que había vivido de espaldas a Europa hasta ese momento
por todo el Continente. Queda de manifiesto en el libro el atractivo romántico
de la ciudad: murallas, fortaleza, emplazamiento, mina secreta, sangrientos
enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, arraigadas leyendas, romances
medievales... También es manifiesto el afán de aventura de todos ellos, que se
materializa en la misma elección del viaje de Málaga a Granada por Alhama.
Alhama era el lugar pintoresco y de aventura, expuestos a los salteadores de
caminos que dejan tras su paso un tétrico rosario de cruces en recuerdo de los
asesinatos.
En esta línea se presentan G. A. HOSKINS,
SACHEVERELL, DARWIN, Robert SEMPLE, Martin HAVERTY, Samuel EDWARD WIDDRIGTON,
Sir John CARR; William JACOB, etc.
Con este libro el
despojo histórico y artístico y como consecuencia historiográfico, al que
tradicionalmente ha sido sometida Alhama va desapareciendo.
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Lazos de cordial
amistad me unen a la autora del presente libro y un estrecho vínculo a la
ciudad en la que se recrea en esta ocasión, como bien conocen los lectores;
circunstancias éstas que fácilmente pudieran dibujar una situación imparcial a
la hora de presentar la obra. Porque si, de una parte, halago las dotes
literarias que distinguen a la autora o pondero sobremanera el valor del libro
-fruto de un esfuerzo que sólo los del oficio aprecian en su integridad-, se
podría pensar que la pasión me ciega; y si, por el contrario, acuso un
exacerbado sentido crítico, se podrían considerar mis reparos, por aquellos que
no me conocen, fruto de una indigna envidia.
Pero la realidad
es que Miriam LOPEZ-BURGOS no necesita presentación alguna. Sus trabajos,
siempre fecundos, son un vivo testimonio de la profunda labor de remoción de
los viajeros ingleses decimonónicos por Andalucía. Desde que la iniciara con su
Memoria de Licenciatura y con su trabajo "Libros ingleses sobre España
en dos bibliotecas granadinas".
En la línea
marcada por este último discurrirá su labor de investigación, que se continuará
con "Aportaciones metodológicas al estudio de la literatura de viajes.
Viajeros ingleses en la Granada del
siglo XIX". En 1994 impulsará la colección "Viajeros ingleses
en Andalucía" a la que aportará dos volúmenes de sumo interés y el segundo "Siete
viajeras inglesas en Granada", de la cual destacó el profesor IGLESIAS
DE USSEL la importancia de su trabajo, la pasión puesta en su investigación,
la calidad de su traducción, la minuciosidad y el acierto de las esclarecedoras
notas y aclaraciones del texto y que continúa con la presente publicación.
Está de más, por
tanto, cualquier tipo de cumplido o de precisión que se nos ocurriese hacer.
Recíbase este libro como un merecido premio a su laboriosidad, siempre firme y
desinteresada en su esfuerzo y trabajo personal, requisitos indispensables en
cualquier obra científica.
No son abundantes
las monografías históricas dedicadas a la ciudad de Alhama. Haciendo un breve
repaso por la historiografía alhameña, hay que remontarse hasta el siglo XIX en
el que se inicia ésta con la prospección arqueológica y excavación del inglés
MacPherson de la Cueva de la Mujer, "La cueva de la Mujer. Descripción
de una caverna, conteniendo restos prehistóricos, descubierta en las
inmediaciones de Alhama de Granada" (la publicación de sus resultados
verá la luz en la revista médica de D. Federico Joly y Velasco (1870-1871)); y
casi simultáneamente, diríamos, el insigne D. Manuel GÓMEZ-MORENO GONZÁLEZ nos
legaba su manuscrito "Descripción de los principales edificios de
Alhama", para lo cual se instalaría durante largas temporadas,
prácticamente el último tercio del siglo XIX, en Alhama. En las mismas fechas,
Federico Antonio SANCHEZ DE GALVEZ, presbítero de la ciudad, nos ofrecerá dos
obras fundamentales para el conocimiento de las costumbres y tradiciones
populares de Alhama: "Recuerdos marianos" y "La
columna del Santo". Ahora, este libro viene a completar el perfil
decimonónico de la ciudad de Alhama, aportándonos la visión que nos legaron
aquellos visitantes foráneos que por ella desfilaron hasta mitad de la
centuria. Adentrados en el presente siglo, señalaremos una obra que, aunque de
carácter romántico, sin embargo está repleta de documentación puntual de muy
diversa índole -aunque, por desgracia, la mayoría de los documentos citados se
encuentran desaparecidos-, "Alhama vista por un extranjero. Notas
documentales al viaje de Theófilo Gautier por Andalucía", de Inocente
GARCIA CARRILLO. Dos principalísimas obras, ambas debidas a la profesora Amparo
FERRER RODRÍGUEZ, se suceden en las dos décadas próximas pasadas: "El
paisaje agrario de Alhama de Granada en el siglo XVIII (1975), que tendría
su continuación en "Paisaje y propiedad en la tierra de Alhama (siglos
XVIII-XX)" (1984). En 1992, el libro La comarca de Alhama,
coordinado por Antonio Arenas Maestre, nos introduce, especialmente, en un
detenido y minucioso análisis de los aspectos etnológicos de la ciudad.
Nosotros mismos creemos haber aportado algún dato a la historia de Alhama tras
diversas publicaciones realizadas. Además de importantes referencias en
distintos trabajos de reconocido prestigio, como pueden ser los del profesor
GÓMEZ-MORENO CALERA, que en distintas ocasiones se ha interesado por aspectos
artísticos de la ciudad, encuadrándolos en el marco provincial, aportando
siempre elementos nuevos a la historia de la misma; o los recientes trabajos
que distintos profesores como Lázaro GILA MEDINA y Manuel PEREGRINA PALOMARES
inician en estos días referentes al estudio del patrimonio artístico moderno de
la ciudad.
Por lo que
respecta a la obra misma, he de manifestar que la he visto fraguarse en la
mente de la autora, a la que animé a su definitiva realización, ya que nos
complacemos en ver a los investigadores enfrascados con la olvidada
Alhama. Además, siempre he sido partidario de las monografías históricas, dado
que constituyen las primeras piedras sobre las que se tendrán que cimentar las
posteriores obras generales y posibilitan así al historiador un elenco de
conocimientos e interpretaciones esencial en su tarea, la cual ha de estar
guiada siempre por una crítica sana e independiente.
Los viajeros nos
presentan a la sociedad decimonónica tal cual la vieron, nos la traslucen con
la gracia y el desenfado que ningún otro tratado de historia o documento lo
puede hacer, e incluso, a veces, pudieran parecernos impertinentes, como
acertado fue el título de "Curiosos impertinentes", de Ian
ROBERTSON; afortunadamente esas observaciones "impertinentes"
contribuyen a dar a conocer con mayor exactitud aquellos cuadros de costumbres
que de manera perenne nos legaron; lejos queda la figura de los eruditos falsarios-visionarios
que viciaban lastimosamente la Historia afirmando como cosa juzgada que el
lugar al que se refieren fue importante siempre, aunque nada de él se conozca
con los procedimientos y disciplinas de las ciencias auxiliares de la Historia.
La información
que nos aportan los viajeros y su peculiar visión de un mundo insólito para
ellos y desconocido para nosotros es sumamente interesante. En la serie que nos
ofrece Miriam LOPEZ-BURGOS (la primera parte de dos volúmenes dedicados a la
misma monografía, y que esperamos y deseamos que prontamente vea la luz el
segundo) hallamos, no sólo una descripción física del pueblo y los molinos (que
por otra parte, poco ha cambiado en relación a nuestros días, allá siguen
ambos), sino también el desencanto cuando comprueban una realidad de la que no
conocían más que una quimera que se desvanece cuando se encuentran con la
ciudad cara a cara. En esta línea se presentan G. A. HOSKINS y SACHEVERELL
DARWIN, al describir la inseguridad de los caminos y la dudosa tranquilidad que
irradiaban los cosarios y los guardias, o la mezquindad de las ventas y posadas.
Robert SEMPLE es quien nos sitúa en los umbrales del chovinismo castellano,
personalizado en uno de los cosarios principales, que ostentaba en su casa los
escudos de armas de sus antepasados, con su propio nombre acompañado de la
palabra hijodalgo; que no es más que el exaltado celo, que caracterizó a
la sociedad española desde siempre y especialmente desde el Renacimiento:
procurarse ejecutoria de nobleza para ostentar armas herederas de un dilatado
abolengo, rancio y remoto; los pleitos de hidalguía confirman nuestras
palabras. Descripción interesante es la que nos ofrece Martin HAVERTY de "Pepe
Lanza", un cosario destacado, respetado -incluso- por los temidos
salteadores de caminos que tanta sangre vertieron en aquellos parajes
inhóspitos: chaleco bordado, chaquetilla engalanada con caireles de plata,
faja ancha de seda carmesí, botas de cuero repujadas y holgados calzones a la
rodilla; significativa es también la descripción que hace él mismo de la
posada y sus gentes, perfecto cuadro de costumbres, como se ha dicho. Samuel
EDWARD WIDDRIGTON -que repite viaje, aunque con nuevo nombre- detiene su
descripción en los aposentos del balneario. Sir John CARR se fija en la
desaparecida vegetación de Zafarraya y señala la obligación que las posadas
tenían de presentar en lugar bien visible el arancel -los precios
oficiales fijados por las ordenanzas del Concejo-. William JACOB nos acerca
sobremanera a la fecha de la finalización de los viejos litigios entre Alhama y
Vélez-Málaga, siendo a principios del siglo XIX cuando se delimita
definitivamente la jurisdicción del Campo de Zafarraya; nos habla además de los
encinares y alcornocales y de los miles de cerdos negros, gruesos y pequeños
que observó; como lo sorprendido que quedó al comprobar que sólo una casa del pueblo
tenía cristales en sus ventanas, no poseyéndolos siquiera los conventos ni
iglesias; también nos habla de las extensas zonas de rastrojos, de la
parcelación del terreno, del recio aspecto de la gente de tez rojiza. El
desencanto queda patente con William George CLARK, cuando exclama ¡Qué pena
de mi ideal!, y en el relato de sir Arthur de CAPELL BROOKE y en las
palabras de Charles ROCHFORT cuando dice "Despojemos a Alhama de sus
recuerdos históricos, de sus aguas termales, de su poesía, de su romance, y es
uno de los pueblos más sombríos, más sucios y más bochornosos del sur de
España. Calles estrechas, casas pobres, iglesias y conventos
dilapidados...".
Además, se ha de
destacar en el trabajo de la autora la propia concepción que tiene del libro
como instrumento intelectual por un lado y como obra de arte por otro. Los dos
aspectos quedan perfectamente conjugados también en esta ocasión: la labor de
investigación-traducción y de documentación bibliográfica, impecable en todos
sus aspectos; y el tratamiento recibido por el soporte que transmite la
información, el libro mismo, deliciosamente diseñado e ilustrado por su pluma,
que lo impregna de romanticismo, dotando a la obra de un carácter singular.
Que el
Romanticismo animó a los europeos a adentrase en España, no hay duda; pero,
tampoco la ha de haber en la atracción que la propia Alhama ejerce en estos
viajeros "más románticos", "más atrevidos", al
elegir -digamos- el itinerario más difícil para trasladarse de Málaga a Granada
o viceversa, por ser el más peligroso. Debe quedar claro que aquél que opta por
la tierra de Alhama conocía las incomodidades que encontraría (recuerdo en
estos momentos, como Gautier marchaba deseoso de ser víctima de alguna aventura
de bandidos cuando se dirigía hacia Alhama), el peligro de muerte a que se
exponía en cada recodo del camino; es el elemento común que cuentan todos los
viajeros que eligen a Alhama en su itinerario, despreciando el paso por Loja en
cómodas diligencias y ferrocarril. Y es que no debemos olvidar que la ciudad
reunía todos los ingredientes que aliñaron el espíritu romántico: viejo
castillo torreado, renombradas murallas, agreste emplazamiento, bandoleros y
salteadores de caminos... Sin olvidar el aliciente oriental: callejuelas
moriscas, mina secreta, aguas termales, sangrientos lances entre moros y
cristianos, arraigadas y viejas leyendas (recordemos la relatada por Lady
Tenison), etc., le confería una visión, sin duda, especialmente exótica; los
atractivos para un espíritu aventurero eran suficientes y merecían la pena ser
vividos y reflejados en escenas costumbristas.
Hemos de terminar
advirtiendo que tampoco debiéramos confiar demasiado en la visión, unas veces
idealizada y otras prosaica, de los viajeros, no ya por lo del adjetivo impertinentes,
que aunque significativo, anecdótico; sino porque la realidad es que la mayoría
de éstos poco conocían las costumbres de lo español, lo andaluz, y mucho menos
lo alhameño; y, además, sus prejuicios en contra del país que visitan quedan
patentes con frecuencia en sus juicios y opiniones e incluso en el mismo
desconocimiento de los lugares y ciudades por donde viajan, deambulando por
calles y plazas sin atender a lo principal ni secundario, como es lo habitual
en los que se acercan a Alhama, si deciden contemplarla. Que vivían un ideal,
una imagen tópica, lo deja claro la circunstancia de que muchos son los que
fantasean con los bandoleros; pero ninguno se encuentra con ellos, lo que
prácticamente podemos hacer extensivo a la generalidad del país.
Es, pues, este
nuevo libro de la profesora LOPEZ-BURGOS un peldaño más en el desciframiento
científico del pasado de esta ciudad, que no quiere dejar de serla, aun cuando
la categoría jurídico-administrativa que la enmarca la vaya ubicando día a día
en niveles que nunca ocupó y vaya tomando a la fuerza el rol de aquel viejo
hidalgo castellano.
Salvador Raya
Retamero,
Catorce viajeros ingleses visitaron nuestra tierra en la primera mitad del XIX. Sus impresiones y vivencias fueron seleccionadas por la profesora granadina Mirian López-Burgos
28/05/2005.- En 1997 la profesora Miriam López-Burgos publicó, merced a la colaboración de la Concejalía de Turismo de Alhama y al Consorcio para el Desarrollo Rural del Poniente Granadino, una obra singular tilulada “Por tierras Alhama-Temple. Relatos de viajeros ingleses (1809-1852)”. Este libro, dedicado a su gran amigo Pedro Godoy Izquierdo y prologado por el historiador alhameño, Salvador Raya, está dividido en catorce capítulos. Cada uno de ellos se dedica a un viajero por lo que va encabezado con el patronímico y la fecha de la visita a Alhama. Trece hombres y una mujer que en la primera mitad del siglo XIX buscaban el exotismo y la aventura en el sur despertada por sus compatriotas Lord Byron y Robert Southey y que solían viajar en barco desde el Reino Unido hasta Gibraltar y desde allí visitaban Sevilla, Córdoba, Málaga y Granada. Entre éstas dos últimas provincias existían dos rutas fundamentales. Una por Loja, en cómodas diligencias, y otra por Alhama, por camino de herradura, que les atraía más por su dificultad y romanticismo.
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Estos “curiosos impertinentes, como se les ha denominado, plasmaron en el papel su particular visión, llena tópicos pero que con los años resulta sumamente interesante para los propios alhameños y turistas actuales. En algunos casos se limitan a la descripción física de la ciudad o de alguno de sus rincones más emblemáticos como el Balneario o los molinos de agua. En otros, se convierten en auténticos relatos de costumbres al describir a los habitantes, comidas, monumentos,... Al igual que otros libros de la autora éste contiene 17 grabados realizados en las visitas a este pueblo con el que no tiene ninguna vinculación familiar y cuya belleza le cautivó. En su introducción señala que con ello pretende “diluir un poco la pesadez del texto y unificar sus dos grandes pasiones: la investigación de la literatura de viajes y el dibujo”.
¡Ay de mí!En su opinión los visitantes actuales que vengan buscando lo relatado por estos viajeros “probablemente no se sientan defraudados porque el color de la tierra y del cielo, y lo romántico del emplazamiento de la ciudad de Alhama no cambiado, por el contrarío no se encontrarán toda la miseria y suciedad de la que ellos hablaban, y se sentirán compensados con los exquisitos platos de la gastronomía popular, alojamientos con todas las comodidades y la esmerada hospitalidad de sus gentes”. La mayoría de estos románticos ingleses juegan con el ¡Ay de mi Alhama! Que sustituyen por ¡Ay de mí, Alhama! cuando en la posada o venta las pulgas y chinches les impedía conciliar el sueño. También se sienten desilusionados, cuando los peligrosos bandoleros de los que todo el mundo les habla no aparecen por ningún lado.Cada capítulo presenta una estructura fija mediante la inclusión de una ficha biográfica y bibliográfica del viajero, el itinerario desde su llegada a España y un extracto de los rincones alhameños visitados.
Miriam López-Burgos del Barrio es Licenciada en Filología Ingresa y Geografía por la Universidad de Granada, donde se doctoró en 1989. Profesora titular, pertenece al Departamento de Filología Inglesa y Alemana de esta Universidad. Ha centrado su labor investigadora en la Literatura de Viajeros ingleses por España. Impulsora desde 1994 de la colección “Viajeros ingleses por Andalucía” de los que ya ha publicado varios títulos como “Granada (1802 - 1843) y “Siete viajeras inglesas en Granada (1802-1872)”, entre otros. Afirma que sus obras están destinadas tanto a los investigadores de de los más diversos campos como a los lectores que busquen el esparcimiento en este tipo de relatos.
¡Ay de mí!En su opinión los visitantes actuales que vengan buscando lo relatado por estos viajeros “probablemente no se sientan defraudados porque el color de la tierra y del cielo, y lo romántico del emplazamiento de la ciudad de Alhama no cambiado, por el contrarío no se encontrarán toda la miseria y suciedad de la que ellos hablaban, y se sentirán compensados con los exquisitos platos de la gastronomía popular, alojamientos con todas las comodidades y la esmerada hospitalidad de sus gentes”. La mayoría de estos románticos ingleses juegan con el ¡Ay de mi Alhama! Que sustituyen por ¡Ay de mí, Alhama! cuando en la posada o venta las pulgas y chinches les impedía conciliar el sueño. También se sienten desilusionados, cuando los peligrosos bandoleros de los que todo el mundo les habla no aparecen por ningún lado.Cada capítulo presenta una estructura fija mediante la inclusión de una ficha biográfica y bibliográfica del viajero, el itinerario desde su llegada a España y un extracto de los rincones alhameños visitados.
Relación de viajeros y año de su paso por tierra de Alhama F. Sacheverell Darwin (1809)
Robert Semple (1809)
Sir John Carr (1809)
William Jacob (1809-10)
Charles Rochfort Scott (1822-30)
Sir Arthur De Capell Brooke Q, (1826?)
Samuel Edward Cook (1829-1832)
Richard Ford (1830-33)
Martin Haverty (1843)
Samuel Edward Widdrington (1843)
William George Clark (1849)
Lady Tenison (1850-53)
G. A. Hoskins (1850)
George John Cayley (1852)
Robert Semple (1809)
Sir John Carr (1809)
William Jacob (1809-10)
Charles Rochfort Scott (1822-30)
Sir Arthur De Capell Brooke Q, (1826?)
Samuel Edward Cook (1829-1832)
Richard Ford (1830-33)
Martin Haverty (1843)
Samuel Edward Widdrington (1843)
William George Clark (1849)
Lady Tenison (1850-53)
G. A. Hoskins (1850)
George John Cayley (1852)