La existencia del archivo del concejo se constata en el mismo fuero de
los Reyes Católicos, de 1493 ó 1494, cuando se ordenaba que existiera arca de privilegios, sentencias y escrituras.
Las tres llaves del arca se repartirían entre el corregidor, un regidor y los
escribanos. En principio, se ha de pensar que la existencia material se
limitara al arca de tres llaves, donde se custodiarían los documentos más
importantes de la recién creada ciudad. Ya, en 1643, se acordaba introducir la
documentación en el arca y hacer tres llaves para la misma; conforme creció el acopio documental, se
incrementaría la necesidad de un espacio mayor para la conservación y custodia
de estos documentos. En 1644, conocemos que el archivo contaba con una
habitación en las casas capitulares, pues se reformaban sus puertas y ventanas. Ese
mismo año se realizaba un inventario, por lo que se abonaban 50 reales a
Francisco Nieto de Villegas, encargado del mismo: por inventariar los papeles del cabildo para incluirlos en el archivo.
Los
documentos custodiados son los propios de la administración municipal del
momento. En 1648, se reseñaba la documentación analizada por don Juan de
Barrionuevo: la ejecutoria que la ciudad
tenía contra los molineros para que llevasen el trigo al peso, las ordenanzas
del agua confirmadas, y una
información que se hizo sobre el perjuicio de cortar los montes.Para ver pinchar aquí:
https://docs.google.com/document/d/1twxgXVOkwYO_01-rH0KGNZErr6MN3Ou5xaw_rXSMHnA/edit