jueves, 21 de diciembre de 2017

La toma de Alhama en 1482, en los Anales de Aragón (Jerónimo de Zurita). Salvador Raya Retamero

    

         Trátase de tomar a Alhama. Para el principio della se deliberó por los capitanes generales que el rey tenía en la Andalucía, que se acometiese de tomar a Alhama, lugar a maravilla fuerte y de muchas torres y de grandes reparos y defensas y tan vecino de Granada que en pocas horas tenía el socorro de toda la caballería de la casa de Granada; y por esto se tenía menos cuidado en la guarda dél, y por estar en sitio tan fuerte que no tenía ningún acometimiento de los enemigos. Juntábase otra cosa: que con esta confianza los vecinos de Alhama tenían más cuenta del trato de mercadería y era gente más regalada y viciosa por los baños que en ella hay, de que usaban continuamente; pero con todo esto era muy difícil empresa. Ortega de Prado, capitán famoso. Cometióse que reconociese el lugar a Ortega de Prado del reino de León, que era muy esforzado y valiente capitán y que en las guerras de Rosellón había señalado su persona; y por su relación entendió el rey -estando en estos reinos- que se podría entrar de rebato con que no fuesen sentidas las compañías de gente de caballo y de pie que lo habían de emprender, antes de ponerse las escalas al muro; y remitió esto el rey a Diego de Merlo. Combate de Alhama y los que en él se hallaron. Juntáronse dos mil y quinientos de caballo muy escogida gente y cuatro mil peones, cuyos capitanes eran don Rodrigo Ponce de León marqués de Cádiz, don Pedro Enríquez adelantado de la Andalucía, Diego de Merlo, Juan de Robles alcaide de Jerez y Sancho Sánchez de Ávila alcaide de los alcázares de Carmona; y por muy gran distancia de tierras y ásperas sendas y puertos entraron en el reino de Granada; y a la tercera noche antes del día, a 27 de febrero deste año, escaló Ortega de Prado el muro; y siendo él el primero, mató las velas y con los que le seguían se apoderó del castillo, estando el alcaide fuera dél. Peleóse dentro de Alhama por los moros con grande obstinación, con esperanza que les llegaría presto el socorro del rey Abulhacén con toda la caballería de Granada en teniendo aviso que era escalado el castillo. Muerte de Sancho Sánchez de Ávila. Fue la pelea terrible, porque iba a todos en ello la vida y más a los nuestros la honra de haber hecho una muy señalada hazaña. Y fue muerto en ella Sancho Sánchez de Ávila que se metió por los enemigos y no pudo ser socorrido de los suyos; y los moros fueron lanzados con gran furia y se recogieron a sus mezquitas. Y fuéronse los nuestros apoderando de todas las fuerzas. Pelea sangrienta en Alhama. Juntó el rey de Granada hasta tres mil de caballo y cincuenta mil de pie, y tomóles lo alto del lugar; y combatiéronle a toda furia con esperanza que les faltaría el bastimento y les quitarían el agua del río que pasa muy cerca; pero como ellos acometían desatinada y locamente por cobrar el lugar antes que les llegase a los nuestros el socorro, recibieron en los combates mucho daño, y los cristianos peleaban muy a su salvo. Descubrióseles una cisterna y animáronse más a defenderse varonilmente, estando tales personas dentro que no podían dejar de ser socorridos. Envía socorro la ciudad de Córdoba a los que están por el rey [de Castilla y Aragón] en Alhama. Teniéndose aviso de la toma de Alhama y del peligro en que estaban el marqués de Cádiz y el adelantado, envió luego la ciudad de Córdoba el socorro que se pudo juntar con don Alonso de Aguilar y con Garci Fernández Manrique, que era corregidor de Córdoba. Y llevaron mil de caballo y cerca de tres mil de pie; y túvose por cierto que se perdieran si no se recogieran, por haberles tomado el rey de Granada el puerto. Y así quedaba sola la esperanza del socorro en don Enrique de Guzmán duque de Medina Sidonia que podía llegar por la otra parte, siendo el mayor enemigo que tenía el marqués de Cádiz; pero él puso tanta diligencia en apresurar el socorro como si fuera su hermano, teniendo continua guerra y pendencia sus casas y habiéndose guerreado y perseguido como grandes enemigos. Notable nobleza y cortesía del duque de Medina Sidonia. Había ya el duque usado de una gran Jerónimo Zurita Anales de Aragón gentileza y caballería, que socorrió con cuatrocientos de caballo a la marquesa de Cádiz su mujer, estando el marqués en esta empresa, teniéndola los moros de Ronda cercada en Arcos. Salió el duque con el pendón de Sevilla, a tal tiempo que don Rodrigo Téllez Girón maestre de Calatrava y don Diego López Pacheco marqués de Villena y Lope Vázquez de Acuña adelantado de Cazorla con otros señores de la Andalucía habían juntado hasta cinco mil de caballo y cuarenta mil de pie para ir al socorro y pelear con el rey de Granada. El rey [de Castilla y Aragón] parte a socorrer Alhama. Tuvo el rey juntamente la nueva de la toma de Alhama y del peligro en que estaban aquellos caballeros en Medina del Campo; y el mismo día se puso en camino para socorrerlos, considerando cuán honrado principio se había ofrecido para la empresa que deseaba tomar; y apresuró su camino sin esperar ninguna gente de guerra. El duque de Medina Sidonia socorrió a Alhama. Entró en Córdoba a 22 de marzo y mandó dar aviso a los que iban al socorro que le esperasen; y llegando a la Rambla tuvo aviso que el duque de Medina Sidonia había ya socorrido a Alhama, porque en ocho días juntó tal ejército que con él pasó al socorro, y puso tanto miedo al rey de Granada que levantó su campo; y fue en tal sazón que los de Alhama perecían de sed. La codicia hace su oficio. Detuviéronse aquellos caballeros en Alhama hasta dejarla en buena defensa, no teniéndola por segura con sola la compañía de gente de caballo de Diego de Merlo, mayormente que hubo mucho descontentamiento entre la gente de guerra por el repartimiento del despojo. Por este tiempo llegó la reina a Córdoba, que iba preñada, y allí se deliberó lo que primero se debía emprender para proseguir lo comenzado, con propósito de no desistir de la guerra hasta fenecer la conquista. Eran los más de parecer que se debía ir luego sobre la ciudad de Málaga; y el rey tuvo por más acertado consejo el de Diego de Merlo que fue de parecer que se fuese a poner cerco sobre Loja y se continuase la empresa por aquella parte. Los reyes [de Castilla y Aragón] enviaron gente a Canaria. Y en este tiempo enviaron el rey y la reina algunas compañías de gente de guerra para acabar la conquista de la isla de Canaria. 
       Que Albuhacén rey de Granada, después de haber levantado su campo que puso sobre Alhama volvió a ponerse sobre ella; y se recogió a su reino. Los moros corren la Andalucía. Después de haberse tomado Alhama y puesto en buena defensa, los moros hicieron diversas correrías por la Andalucía buscando ocasión de hacer algún salto con que se satisficiese la pérdida que habían recibido que fue grande, de que se sintieron muy oprimidos los de la ciudad de Granada. Esfuerzo de Gómez de Sotomayor. Pero sucedióles mal en estas entradas; y en una dellas en que pasaron docientos jinetes con grande presa, les salió al encuentro Gómez de Sotomayor alcaide de Utrera -que era un muy valiente capitán- que con solos noventa de caballo que pudo recoger de la comarca y treinta de pie peleó con ellos y los rompió y venció; y murieron ochenta moros y volvieron con las cabezas dellos colgadas de los arzones y con noventa caballos. Y pocos días después él mismo rompió la caballería que estaba de guarnición en Zahara. Los moros escalan a Alhama; y les salió mal. Salió el rey de Córdoba para sacar la gente que estaba en Alhama y poner otra en su lugar de refresco con muy buenos capitanes, entendiendo que toda la morisma de aquel reino había de cargar sobre ellos. Y llevando el camino de Écija supo que a 20 de abril al amanecer, cuando se mudaban las velas, los moros habían intentado de escalar el muro de Alhama por la parte que parecía no poderse entrar por la aspereza de las peñas, a donde por la fortaleza del sitio ni había muro ni tenían velas; y de sobresalto ganaron los Jerónimo Zurita Anales de Aragón moros lo alto del lugar y algunas calles antes que fuesen sentidos. Por otra parte acudió el rey Albuhacén con su campo para combatir el lugar; pero los soldados acudieron a la defensa tan varonilmente y con tanta orden y concierto que los moros que escalaron el muro fueron rebatidos y lanzados por las peñas abajo, y los que subían rompieron la escala y llevaron a cuchillo los que estaban dentro con sus banderas; y púsose la mayor parte de la gente de guarnición a defender la parte que Albuhacén quiso combatir. Valor de Pedro de Pineda y de don Alonso Ponce. Atribuyóse la honra del buen suceso de la defensa de Alhama a la valentía y ánimo grande de dos caballeros de Sevilla, que eran Pedro de Pineda que fue el primero que salió a hacer rostro a los enemigos que andaban por las calles y peleó con ellos, y don Alfonso Ponce, entrambos deudos y de la casa del marqués de Cádiz. Sin éstos, hubo muchos que hicieron tan bien su deber que no se ganó menos honra en la defensa de aquella ciudad que cuando fue entrada por combate; y así se recogió el rey de Granada con los suyos. Llega el rey [de Castilla y Aragón] y pone por capitán en Alhama a don Pedro Puerto Carrero caballero valeroso. Llegó el rey con su campo a 29 de abril; y puso en Alhama por capitán de aquella frontera a Luis Puerto Carrero, que fue de los valerosos caballeros y señalados capitanes de aquel tiempo; y puso en mucha defensa aquella ciudad. Y volvieron los moros a sus ordinarias correrías y algaradas, y dentro de pocos días corrieron dos veces y hicieron grande estrago en la vega de Alcalá de los Gazules. Grandeza de Córdoba y la gente que allí acudió. Daba el rey (según afirma Alonso de Palencia en la historia que ordenó desta guerra y conquista del reino de Granada) demasiado crédito en los consejos de aquella empresa a Diego de Merlo que era de parecer que se combatiese la ciudad de Loja. Y determinó de ver el asiento de aquel lugar volviendo para Córdoba, y tuvo por fácil la expugnación si se asentase real y la artillería necesaria para el combate. 
          (...) Y esta fama se derramó tanto, que fue necesario que el rey mandase escribir a las ciudades destos reinos que había sido por no llevar el número de gentes que requería el cerco de aquella ciudad, así por el asiento della como por las entradas y salidas que tiene, que necesariamente eran menester tres campos y que también faltaron los bastimentos que se mandaron llevar al real. Necesidad en Alhama, mudanza que se usaba entonces; y lo que se proveyó y previno. A esto decía el rey- que se juntó la necesidad que tenían los de Alhama, así de gente como de mantenimientos, y que convino mudar la guarnición de capitán y soldados como se usaba entonces en las fuerzas tan importantes y en frontera de los enemigos; y por esto se volvió el rey a Córdoba. Con fin de proveer lo de Alhama salió el rey de Córdoba camino de Granada a 14 del mes de agosto para hacer la tala en las vegas vecinas a la ciudad de Granada. Y quemáronse de aquella salida todos los cortijos y alquerías y lugares que estaban en el camino. Proveyóse Alhama para nueve meses y quedó bastecida de municiones y gente, y reparóse una mina de agua, de manera que no se les podía quitar. Y dejó en ella el rey por alcaide y capitán general a don Luis Osorio, tío del marqués de Astorga, que era caballero de gran esfuerzo y estaba nombrado para perlado de la iglesia de Jaén; y quedaron con él Antonio de Fonseca y Bernal Francés con cincuenta de caballo muy escogidos y con mil y quinientos soldados. Escaramuza en la vega de Granada, donde perdieron el pendón los moros. Estuvo el rey en la vega un día y una noche, y no salió gente ninguna de Granada hasta la mañana que partió de aquel puesto, que salieron seiscientas lanzas para escaramuzar; y envió el rey contra ellos al conde de Cabra y al comendador mayor de Calatrava con hasta cuatrocientas lanzas; y trabóse de tal manera la escaramuza que muy en breve volvieron los moros a recogerse; y en el alcance murieron muchos y perdieron el pendón que traían. Tras esto, entendió el rey en poner en orden aquellas fronteras para el invierno con deliberación de volver la primavera sobre Loja. Necesidad en Granada. Cuando volvió el rey de la tala que hizo en la vega de Granada y dejó proveída a Alhama, estaba la ciudad de Granada en muy grande necesidad, así por haberles puesto la frontera en Alhama -de donde se proveían un tercio del año- como por las talas. Mahomet Boabdili rey de Granada. Y pocos días antes comenzó a haber entre los moros gran disensión; y alzaron en la ciudad por rey a Mahomet Boabdili hijo del rey Albuhacén; y el padre se Jerónimo Zurita Anales de Aragón hubo de salir della, y estaba en esta sazón que era casi en fin de agosto en Málaga; y el uno tuvo la metad del reino en su obediencia y el otro la otra parte. Esto sucedió en el principio de la guerra por la pérdida de Alhama; y el no acudir con tiempo Albuhacén a lo del socorro de Loja, a donde pudieran los nuestros recebir tanto daño se atribuyó a descuido o poco valor suyo; y tenían gran sentimiento que no había dado lugar a su hijo que le tenían por valeroso que hiciese la guerra como pudiera y lo quería contra nuestras fronteras; e impusiéronle que había cometido diversas cosas contra sus súbditos en daño del reino; y así echando al padre de Granada alzaron al hijo por su rey. 
      (... ) Porque los de Granada habían recibido al rey Albohacén y era a maravilla sabio y diestro en la guerra; y pusiéronse en orden dos mil de caballo que habían de hacer las talas, y también se puso a punto la guarnición que se había de llevar a Alhama; y nombró el rey por alcaide y capitán general a don Iñigo de Mendoza conde Jerónimo Zurita Anales de Aragón de Tendilla. El rey Boabdili fue llevado a Córdoba y honra que se le hizo. Mandó el rey antes de salir a hacer la guerra a los moros, que trujesen a Córdoba al rey Boabdili; y dio cargo de su persona a Martín de Alarcón; y hízosele en aquella ciudad mucha honra y cortesía. Y diéronse treguas de dos meses a los lugares que se tenían en su obediencia que no se habían entregado a su padre. 
        De la entrada que el rey hizo en la vega de Granada, y de la toma de Tajara; y de la concordia que se asentó con el rey Boabdili. LI. Saco de Illora. Era en principio del mes de junio cuando el rey movió con su campo para entrar a hacer la guerra a los moros; y en el camino tuvo la nueva de la muerte del duque de Breganza, y de paso se puso a saco el arrabal de Illora; y dejada proveída a Alhama de la gente que había de quedar en su defensa, pasó el rey a lo más poblado de donde principalmente se sustentaba la ciudad de Granada. Puso el rey [de Aragón y Castilla] su campo sobre Tajara y lo combatió y tomó. Llevaba seis mil de caballo y hasta cuarenta mil de pie; y fue a poner su campo sobre Tajara que está no lejos de Alhama, porque della los de Loja se proveían más ordinariamente; y fue por algunos días combatida y derribadas todas sus defensas, y entróse el lugar por combate. Murieron en él algunos del real y fue herido de una espingarda don Enrique Enríquez tío del rey; y lleváronlo a curar a Alhama. Pasó el rey con su campo a ponerse en lugar fuerte cerca de Granada, y fuese talando la vega; y el rey Albohacén no salió a resistir la tala, temiendo alguna novedad dentro de la ciudad; y solamente salían los peones para hacer el daño que pudiesen entre los olivares y muy pocos de caballo que los acaudillaban.

Cfr.: https://myslide.es/documents/anales-de-aragon-jeronimo-de-zurita.html