Desde hace
varias décadas luchamos para que el Conjunto Arqueológico Medieval de Alhama,
llame la atención de ciudadanos y gobernantes, a fin de darle la protección
patrimonial que necesita y un vuelco demográfico y económico total a la comarca.
A este conjunto arqueológico de
Alhama -como a su primitivo emplazamiento en la Mesa del Baño, nos
hemos referido en múltiples ocasiones y, al menos, ahora, conocemos su
perímetro amurallado, sus torreones y sus puertas y portillos y delimitamos y
delineamos su planta. Sería importante que en algún no momento nuestros
representantes aunasen empeños a fin de conseguir la materialización de un
conjunto arqueológico respetado, motor del desarrollo económico de la comarca.
No olvidemos que para alcanzar
el reconocimiento actual de Medina Azahara, se tuvo que empezar hace cien años
con Alfonso XIII, prosiguió con la dictadura y se remató con la democracia;
pero partió su reconocimiento por los propios del lugar. Actualmente, todos los
líderes políticos se felicitan: Pero…, hay que empezar en algún momento.
Nuestra labor ha concluido, queda la de los líderes, para que algún día se pueda
celebrar como un "orgullo" para Granada y para Andalucía. La Alhama
medieval constituye un espacio arqueológico de de primer orden: una ciudad de
nueva fundación, con posibilidad, erigida a mediados del siglo X, continuadora
de la urbe romana, abandonada, por las revueltas muladíes, permaneciendo desde
entonces ignorada hasta la actualidad.
El espacio amurallado de Alhama
constituye un conjunto urbano completo que incluye, además del callejero urbano
y su prominente elevación, su fortaleza, perímetro amurallado, puertas, mina…,
lo que permite obtener un conocimiento exhaustivo de la ciudad medieval. Por
otra parte, la excepcional conservación del entorno facilita la recuperación de
los valores paisajísticos y de emplazamiento que influyeron en la elección del espacio
para su reedificación, como las huellas de su impacto administrativo en sus
alquerías.
La universalidad de valor material
y cultural del emplazamiento se ve incrementada por tratarse de un ejemplo
conservado de una ciudad medieval en el ámbito europeo y aún de ese periodo
histórico en el conjunto de la cultura islámica.El proceso de recuperación se
debe iniciar en su perímetro amurallado, mediante su excavación y protección por
las instituciones públicas, con las contribuciones estatal, autonómica y
municipal, facilitando la máxima protección e impulsando la constitución de un
ente específico para su gestión arqueológica, dotándolo de las instalaciones y
personal cualificado.